Amazon Cruise Review From Alvaro Roca Rey


Muy estimados amigos del Delfin:

Estoy nuevamente sentado en mi escritorio y por momentos me parece estar despertando apenas de un sueño fantástico y propulsor de nuevas visitas a ese fantástico universo que ha establecido la naturaleza pero que no sería apreciado en esa dimensión de no ser por la creatividad y sensibilidad que han puesto tu y tu esposo en ello.

Insisto, al margen de las bellezas particulares con las que Dios ha glorificado esa parte de nuestro país me ha emocionado ver el grado de compromiso con el que valientes empresarios – como ustedes- apuestan por su patria. Para el favorecido viajero es en todo momento manifiesta la búsqueda de la perfección, de hacer las cosas bien, de ser lo mejor, de demostrar que somos y podemos.

Me impresionó mucho la sensibilidad artística en lo que no serían propiamente detalles, sino elementos. En todo componente hay sensibilidad, elegancia, belleza, arte. Llámense, flores, velas, uniformes de la tripulación, adornos de cabina, batas, toallas heladas y perfumadas al potpurrí, decoración de mesas, adornos en cócteles, biblioteca culta y surtida, ausencia de contaminación acústica (música de ascensor, que le llaman) limpieza…y tantas otras cosas que hacen sentir al viajante complacido y mimado, y al peruano orgulloso de lo que también ofrece nuestro país. En resumen, sería como la antítesis de lo que recibes en Cusco y su obligado Macchu Pichu y en ello no me voy a extender porque tu sabes a que me refiero.


Dentro de todas las bondades (que como digo son muchas) y que no he comentado ya, a mi entender destacan: la fenomenal comida (calidad, originalidad, imaginación, riqueza, presentación, temperaturas, porciones, condimentos equilibrados, y un largo etcétera) es como comer todos los días, almuerzo y cena, en el Rafael, Fusión, Malabar o La Gloria.!! Descolló también la amabilidad de los Guías y tripulantes, solícitos, educados, cultos, graciosos. No se queda tampoco atrás la selección de lugares que forman parte del itinerario, desde las comunidades de ordenada visita en donde prevalece la dignidad y amabilidad de sus habitantes (vuelvo a recordar y comparar esas ciudades andinas en donde el acoso es permanente y agresivo no importa la edad ni la condición ni del visitante ni del lugareño y del sempiterno niño que nos persigue acosándonos con el “one dollarsh mistersh “ ) de San Miguel en cambio guardo en la frente la tímida sonrisa de niños que, comprensiblemente esperan la sospechada cajita de crayolas pero que su timidez y dignidad les impide mendigar…¿será que no arrastran siglos de contaminación turística? ¿Será que el bosque generoso en el que viven desde que el mundo es mundo los ha acostumbrado no a pedir sino a conseguir con armonía y paciencia? Muchas cosas mas habría que conmemorar del Delfín como la inteligente y adecuada intensidad de las luces en los diferentes ambientes, o la comodidad de no ocuparse de las maletas desde y hasta el mostrador de la compañía aérea, el no tener que juntar monedas o billetes para repartir propinas a lo largo del día, el poncho en los chubascos,…detalles, sí pero eso marca las diferencias.

No me atrevo a extenderme más no quiero abusar de tu tiempo. Quiero, eso sí, señalar que dentro de esta galaxia de bondades que mencionaba mas arriba resplandeció un astro de incomparables virtudes llamada Chiara. Su inteligencia, sencillez, sensibilidad y belleza nos colmaron. Su presencia lleno el ambiente de alegría y logró “sin querer queriendo” que nuestro viaje pasara de ser estupendo a extraordinario!!

Felicitaciones nuevamente por lo que han logrado. Estoy escribiendo unas líneas que confío que El Comercio acepte publicar pronto refiriendo todo lo positivo que hemos tenido el privilegio de disfrutar.

Con gratitud y admiración,

Álvaro.